El proyecto se instaló en dos apartaestudios de un edificio que hace parte de las propiedades que ha comprado la Universidad Jorge Tadeo Lozano.

A partir de un proceso escultórico e instalativo, Lapsus se compone de tres obras que hablan de la destrucción de la ciudad, la presencia del cuerpo en el espacio privado y el proceso cíclico de renovación.

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La primera obra de la serie Lapsus replica dos veces una columna estructural presente en el espacio, las cuales, están hechas de ladrillo ensamblado con caramelo. Su materialización provoca su destrucción, llevando así la ruina al espacio íntimo. La materia se vuelve la protagonista de la escena y el caramelo esparcido por el suelo nos re ere directamente a lo orgánico y al cuerpo presente en el espacio arquitectónico.

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La segunda obra de la serie, se presenta como el vestigio de una acción en el espacio. La obra se conforma por la repetición de un gesto, el cual radica en retirar las capas de pintura de varios muros enrollándolas sobre una varilla con la ayuda del caramelo caliente. Ésta se compone de ocho rollos que con el pasar de los días se van desintegrando.

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La tercera obra de la serie, hace referencia a dos momentos de la transformación urbana que están disociadas en nuestro imaginario, un ascenso progresivo de la propiedad vertical y un descenso vertiginoso de la propiedad horizontal. En el recorrido de la pieza, el ciclo se completa, pero a su vez da cuenta de sus desequilibrios.