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Las Profundidades del Salto del Tequendama - Maria Clara Figueroa

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Las Profundidades del Salto del Tequendama

 

Un proyecto de Maria Clara Figueroa

Realizado en la Galería Doce Cero Cero 

 

 

Uno ve el agua desaparecer en el aire […] La evaporación es tan monstruosamente grande que, vista por delante, la caída de agua parece un tapete de plata cuyas borlas apenas tocan la tierra aquí y allá […][i]

 

Alexander Von Humboldt

A lo largo de la historia el emblemático Salto ha sido el epicentro de una contemplación sin igual, muchos viajeros a lo largo de los siglos XVII hasta el siglo XX[ii] presenciaron esta imponente caída de agua cuyo caudal despeja la sabana de posibles inundaciones. Este hecho es importante para los pobladores originarios del pueblo Muisca, quienes adjudican la formación de esta gran caída de agua al Dios Bochica. Muchos historiadores y cronistas de la colonia como Fray Pedro Simón y el padre Acosta[iii], otros como Lucas Fernández de Piedrahita y científicos como Alexander Von Humboldt[iv] han narrado de diversas maneras el relato originario del Tequendama con diversas aproximaciones y sesgos pertenecientes a su formación y percepción del mundo.

Ahora, en la investigación del lugar existen muchas variaciones del relato originario, pero concuerdan en que hubo una gran inundación en la sabana de Bogotá debido a la ira de una deidad. Humboldt específicamente, menciona a una mujer de gran belleza que acompañaba al Dios Bochica cuyos nombres son Chía, Yubecayguaya o Huytaca, quien sedujo al pueblo a diversos vicios y por medio de sus poderes hizo que el río Funza (ahora río Bogotá) se desbordara por toda la sabana, convirtiéndola así, en un gran lago; Bochica entonces se compadeció de los pobladores y “golpeó en Canoas sobre la rocas y se abrió un camino a las aguas, el lago de Bogotá se escurrió, el espumante Salto de Tequendama se formó en ese entonces y la planicie se volvió habitable como antes.” [v]. En la compilación que realiza Eugenia Villa la inundación es adjudicada al Dios Chibchacum quien decidió castigar a los pobladores por sus excesos con una lluvia torrencial, la cual desbordó los ríos Tibitó y Sopó afluentes del río Funza; en este relato Bochica se enterneció por la situación, disolvió las nubes con los rayos del sol. Se paró posteriormente en el alto del arcoíris y arrojó un cetro de oro partiendo las piedras y creando un inmenso cañón por el cual se precipitaron las aguas formando así la icónica cascada[vi].

En esta exposición se recuperan los relatos originarios a partir de diversas estrategias que entretejen la fotografía, la serigrafía y la pintura; creando imágenes que revierten el lenguaje tradicional de la pintura. Todo esto se hace con un estudio meticuloso de la paleta de la caída y del río a partir de la fotografía digital. Esto permite fragmentar los múltiples soportes en partes y colores que desdibujan el contaminado río Bogotá. Desde el año 2017, he realizado obras que piensan sobre la representación del agua en pintura. La obra ficciones sobre el agua (2017), trabajaba sobre la representación del agua de mar con muchas variaciones en su paleta de color que se alejaba un poco de la representación original del agua del mar Caribe.  En las Profundidades del Tequendama se crea una relación muy fuerte con la referencia fotográfica, sin embargo, esta relación se establece a partir del pixel de la imagen digital.

El agua siempre ha estado presente en mis sueños, en los cuales creo imágenes y paisajes inventados que se vuelven una sumatoria de lugares visitados o vistos en la televisión y en el cine. Ahora, la belleza del Salto y su compleja situación, relacionada con la contaminación y el suicidio de personas le resta a la gran e imponente belleza de esa caída de toneladas de agua. Cuando me acerqué a este lugar pensé que el gran mal se oculta en nuestra indiferencia hacía las reservas naturales que están más próximas a nosotros. Por esta razón, las imágenes que encontrarán aquí muestran un gran nivel de abstracción, las cuales evidencian el olvido del lugar y muestran de una manera poética la impactante caída que oxigena el río, en el golpe seco del agua sobre las grandes rocas negras que reposan impávidas en el fondo del cañón. Muchas de estas obras se pensaron a partir de la gravedad marcada en su dirección vertical mientras involucran el mito fundacional. Son piezas de lenguajes diversos que atraviesan una forma única de aproximarse al paisaje.

 

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[i] Selección de textos de Alexander Von Humboldt, Benjamin Villegas dir. y ed., La ruta de Humboldt Colombia y Venezuela (Bogotá: Villegas Editores, 1994), 92.

[ii] Carlos Rojas Cocoma, “Entre emblema y olvido: Las imágenes del Salto de Tequendama en las colecciones del Banco de la República”, Banrepcultural, acceso el día 30 de enero de 2023, https://www.banrepcultural.org/proyectos/el-salto-de-tequendama/entre-emblema-y-olvido .

[iii] Eugenia Villa Posse, Mitos y leyendas de Colombia (Quito: Editorial IADAP, 1993), 14 y 11.

[iv] Carlos Rojas Cocoma, “Entre emblema y olvido: Las imágenes del Salto de Tequendama en las colecciones del Banco de la República”, Banrepcultural, acceso el día 30 de enero de 2023, https://www.banrepcultural.org/proyectos/el-salto-de-tequendama/entre-emblema-y-olvido .

[v] Selección de textos de Alexander Von Humboldt, Benjamin Villegas dir. y ed., La ruta de Humboldt Colombia y Venezuela (Bogotá: Villegas Editores, 1994), 78.

[vi] Eugenia Villa Posse, Mitos y leyendas de Colombia (Quito: Editorial IADAP, 1993), 21-22.

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